Bloomberg — Las fuerzas armadas de Kiev rechazaron como “desinformación” la afirmación de Rusia de que sus tropas terrestres han cruzado por primera vez a la región ucraniana de Dnipropetrovsk, incluso mientras las perspectivas de un alto el fuego mediado por Estados Unidos siguen siendo difíciles de alcanzar.
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Por otra parte, Ucrania y Rusia prosiguieron sus tensos intercambios sobre los detalles de un gran canje de prisioneros previsto y acordado durante las conversaciones de la semana pasada en Turquía. Es probable que el intercambio siga adelante en los próximos días.
El Ministerio de Defensa ruso dijo el domingo que unidades de su 90º regimiento de tanques habían cruzado la frontera administrativa occidental de Donetsk hacia la vecina Dnipropetrovsk, en lo que sería un hito simbólico en su ofensiva de años.
En respuesta, las fuerzas de defensa del sur de Ucrania dijeron que sus tropas estaban “manteniendo su sección del frente” mientras participaban en una situación que, aunque “tensa”, sigue contenida dentro de la región de Donetsk.
Lo que está en juego es el posible avance de las fuerzas terrestres de Moscú hacia una de las zonas más pobladas e industrializadas de Ucrania.
El valor de alcanzar el límite de la región parece más que nada simbólico, ya que las tropas del Kremlin aún están a más de 140 kilómetros (87 millas) de la capital regional de Dnipro, que también está protegida por el río del mismo nombre y su sistema de estuarios.
Sin embargo, avanzar más hacia el oeste podría alimentar la postura agresiva adoptada por el presidente Vladimir Putin, que se aferra a objetivos maximalistas en Ucrania mientras se resiste a los esfuerzos del presidente estadounidense Donald Trump por llevarlo a la mesa de negociaciones.
Dnipro es la cuarta ciudad más grande de Ucrania, por detrás de Kyiv, Kharkiv y Odesa, con una población anterior a la guerra de alrededor de 1 millón de personas. Antes del comienzo de la guerra, Dnipropetrovsk era la segunda región más poblada de Ucrania después de Donetsk, y es el segundo territorio más grande por masa terrestre después de la región de Odesa. Alberga una importante industria siderúrgica, minas de carbón y construcción de maquinaria y es un importante centro logístico para el ejército.
Hace unos días, se estimaba que las fuerzas del Kremlin se encontraban a unos 2 kilómetros de la frontera provincial. El avance se produce en un momento en que Rusia se ha apoderado recientemente de pequeñas cantidades de territorio en el extremo noreste de Ucrania. También lleva la guerra al suelo de dos provincias que hasta ahora no han sido oficialmente destinadas a la anexión por Putin.
El líder ruso ha exigido que Kiev entregue todas las provincias de Donetsk, Luhansk, Zaporizhzhia y Kherson, que Rusia se anexionó ilegalmente en 2022 pero que no controla totalmente. Eso además de Crimea, que las fuerzas del Kremlin se anexionaron ilegalmente en 2014.
La lenta guerra terrestre de Rusia ha vuelto a acelerarse. Las unidades del Kremlin en los últimos días han estado avanzando más cerca de la capital regional de Sumy, en el noreste de Ucrania. Partes de la región de Sumy fueron ocupadas durante la invasión rusa a gran escala de 2022 y liberadas en una contraofensiva ucraniana.
El presidente Volodymyr Zelenskiy declaró la semana pasada que el renovado interés de Rusia por la región de Sumy “no era una sorpresa” para el ejército ucraniano, que está haciendo todo lo posible por repeler el avance. El gobernador regional de Sumy dijo el domingo que no había necesidad de una evacuación de emergencia de los residentes, según la emisora pública Suspilne.
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El cuartel general de coordinación ucraniano para el tratamiento de prisioneros de guerra afirmó el domingo que “todo se está desarrollando según lo previsto” para seguir adelante con un importante canje de prisioneros acordado el 2 de junio, que también incluirá la devolución de los cuerpos de miles de soldados ucranianos retenidos en Rusia. Rusia sugirió el sábado que Ucrania era la culpable de los retrasos en el inicio del intercambio.
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