De Miguel Uribe a Bolsonaro y Villavicencio: los atentados contra políticos en Latam de los últimos años

Latinoamérica no logra borrar la mancha de la violencia política y el atentado contra Miguel Uribe ha revivido estos temores.

Senador Miguel Uribe Turbay en la marcha pidiendo la destitución de Gustavo Petro.
09 de junio, 2025 | 01:42 PM

Bloomberg Línea — El atentado en Bogotá contra el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, senador opositor de 39 años, empaña el inicio de la carrera electoral colombiana y recuerda episodios de violencia reciente en la política latinoamericana.

La violencia se constituye en una de las principales anclas del crecimiento de la región en la actualidad y, trasladada a la política, representa una amenaza para la democracia.

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En Colombia, la violencia dejó más de 200 líderes sociales asesinados en 2024, de acuerdo con cifras de Amnistía Internacional (AI). “Los grupos armados ilegales siguen cometiendo homicidios selectivos, desplazamientos forzados y reclutamiento de menores”, dice AI.

Según un reciente informe del Banco Mundial, el crimen organizado y la violencia están agravando el ya frágil panorama económico de Latinoamérica y el Caribe, lo que llevará a la región a registrar el menor crecimiento mundial, con una proyección de expansión del PIB del 2,1% en 2025 y del 2,4% en 2026.

Ver más: Violencia frena crecimiento de Latinoamérica y agrava su frágil panorama: Banco Mundial

“Lo que está marcando la agenda América Latina en la última década, como ocurre en buena parte del mundo, es la inestabilidad política”, dijo a Bloomberg Línea Alejandro Mantilla Quijano, analista y profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia. “Estas situaciones de violencia son un síntoma de esa inestabilidad”.

A su juicio, los regímenes políticos hoy tienden a tener “mayor crispación, mayores niveles de inestabilidad, mayores dificultades en ese marco”.

En este contexto, Quijano dice que “le preocupa que este tipo de acciones en el marco de ese clima político de inestabilidad contribuyan a que se posicionen narrativas y prácticas autoritarias”.

El reflejo de la violencia política en Ecuador

Militares en Ecuador

Latinoamérica ha vivido episodios marcantes de violencia política reciente, como el asesinato en 2023 del candidato presidencial Fernando Villavicencio en Ecuador.

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El asesinato del exdiputado Fernando Villavicencio cuando salía de un mitin de campaña en el centro de Quito conmocionó a la sociedad ecuatoriana.

Para algunos analistas, este episodio previo a las elecciones presidenciales marcó en buena parte un antes y un después en la actual ola de violencia que azota al país y de la cual no ha logrado recuperarse.

Caroline Ávila, académica y analista política, dice a Bloomberg Línea desde Ecuador que uno de los primeros efectos en el país fue el miedo generalizado. “La inseguridad se convirtió en el principal —si no el único— tema de discusión en las semanas siguientes, y eso tuvo un efecto directo en los postulantes de la primera vuelta. Daniel Noboa (recientemente reelecto) llegó al debate con un chaleco antibalas y con eso captó la atención del electorado”.

Analiza que Ecuador vivió y sigue viviendo una polarización radicalizada en el debate político que, si bien no partió ese 9 de agosto del 2023, sí se profundizó ese día.

Ver más: La delincuencia es la principal preocupación en Brasil, Chile, México y Colombia: encuesta

“Los apelativos calificativos de ‘narco’ como una categoría que explique la división para los que no piensan igual al poder dominante, se vuelve una especie de denominador común que lastima profundamente la deliberación democrática”, manifestó Caroline Ávila.

Según la analista, en el marco de esta crisis de seguridad la cobertura mediática se comienza a concentrar casi exclusivamente en el tema de la violencia política, lo que “exaspera todavía más las tensiones al punto de moderar la conversación hacia soluciones inmediatas, mano dura, y políticas punitivas”.

No obstante, considera que esto reduce el espacio para una deliberación más profunda.

“El efecto shock envuelve al electorado en una especie de desesperación por no vivir más tragedias, al punto de prestar oídos a medidas que pueden decirse fáciles, pero que son de difícil ejecución, y sobre todo, que no mejoran (ni en el corto ni en el largo plazo) la situación”, opina la analista ecuatoriana.

Espiral de violencia en Latinoamérica

Cesar Rodriguez/Bloomberg

Otros episodios de violencia en la región incluyen el ataque en plena campaña presidencial contra el entonces candidato Jair Bolsonaro, quien fue apuñalado durante un mitin en Minas Gerais en 2018.

Paulo Nicolli Ramirez, politólogo y profesor de sociología en la Fundación Escuela de Sociología y Política de São Paulo, advierte sobre una escalada de violencia en América Latina, impulsada en gran medida por la polarización entre la izquierda y una extrema derecha “muy alineada con Donald Trump y con la visión neoliberal que Estados Unidos suele aplicar hacia otros países”.

Según explica, en Brasil esta escalada de violencia es más reciente, y está relacionada con la polarización política relacionada con el surgimiento del bolsonarismo. “Desde la llegada de Bolsonaro a la Presidencia, esa escalada de violencia adquiere un alcance nacional”, señala.

El académico destaca que la violencia política en la región tiene raíces profundas y múltiples causas, pero que hoy se agrava por esta fuerte polarización ideológica, la disputa por el control económico y una creciente fragilidad de las normas democráticas.

En 2022, la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) también fue víctima de un intento de asesinato cuando un hombre gatilló un arma a centímetros de su rostro en Buenos Aires, pero no consiguió disparar.

El hecho conmocionó al país y fue calificado como un atentado contra la democracia.

México tampoco ha logrado salir de una espiral de violencia, la cual se intensificó de cara a las elecciones judiciales en el país.

Según la ONG Data Cívica, 2024 registró el mayor número de hechos de violencia político-criminal, con un total de 661 casos, superando los 570 reportados en 2023.

Ante el panorama que se presenta en la región, la analista Caroline Ávila dice que la política “no puede ser una profesión de riesgo -ya bastante tenemos con que el periodismo lo sea- por ello, es fundamental atacar esta problemática de manera integral”.

“No se trata solo de que han contratado sicarios, lo detienen y listo. No es así. Hay que investigar el tejido social que facilita este tipo de gestos y la manera en que estos hechos se generan en una sociedad para poder atacar la problemática desde sus bases”, añadió la analista. “Al final, el juego de poder ha sido siempre un riesgo, pero el umbral del precio por la vida, no se había atravesado con tanta facilidad ni con tanta frecuencia. Es una pena”.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estimó que las pérdidas directas de capital humano y los gastos en seguridad en América Latina en 2022 representaron el 3,4% del PIB. En comparación, el Banco Mundial había reportado en 2010 un costo mayor del 7,7% del PIB solo para Centroamérica, considerando también los costos materiales y de salud.

Ver más: ¿Quién es Miguel Uribe Turbay, el precandidato presidencial víctima de un atentado contra su vida?

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