Bloomberg Línea — A la medianoche del viernes arribó a Santiago el primer vuelo de deportación de ciudadanos chilenos desde que Donald Trump asumió su segundo mandato como presidente de Estados Unidos.
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Los 44 deportados se encontraban en el territorio en condición migratoria irregular, según el Ministerio del Interior chileno. La mayoría regresó con sus pertenencias en una bolsa y vistiendo un buzo de color gris.
Entre el grupo, tres fueron detenidos al mantener órdenes de captura vigentes en Chile, señalados de hurto, robo con violencia e infracción a ley de drogas, y han sido puestos a disposición del Centro de Justicia por parte de la Policía de Investigaciones (PDI).
Al ser abordados por los medios, muchos de los migrantes denunciaron malos tratos en los distintos centros de detención mientras aguardaban el día de su deportación.
“Yo estaba haciendo cosas ilegales, no miento, pero nos trataron como perros”, afirmó uno de los chilenos.
Otro de los deportados, identificado como José Fernández, dijo que los trataron “como animales, pésimo. Nos hacían dormir en el suelo, no nos daban ni una colchoneta, ni una manta, nada”.
Persecuciones por su origen
Otro de los ciudadanos chilenos deportados, Ángel Espinoza, afirmó que “tenía permiso laboral”, pero que igual le “trataron como ilegal”.
“Me trasladaron a cuatro cárceles en tres meses”, según relató a Meganoticias.
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El hombre dijo que durante su detención no le dejaban bañarse ni cepillarse los dientes. “Algunas veces no nos alimentaban, nos faltaban el respeto”, relató y además aseguró que la administración del republicano busca “cazar latinos por su piel”. Si “te escuchan hablar español, te llevan”.
Una situación similar vivió Natalia Gallardo, que fue detenida en una redada policial en una fiesta en un club nocturno en Colorado Springs, en el condado de El Paso.
Su padre, David Gallardo, dijo a 24 Horas que su hija está “disminuida físicamente como persona, moralmente”. “Ella era una trabajadora ejemplar, un ciudadano ejemplar con todo al día, con todo lo que amerita una persona que está haciendo los méritos para optar una residencia”, agregó.
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Las deportaciones han agudizado la discusión en torno a la permanencia de Chile en el programa de exención de visa, conocido comúnmente como Visa Waiver (VWP, sigla en inglés).
Este programa autoriza la entrada a Estados Unidos sin necesidad de visa a los ciudadanos de los países participantes en el VWP.
Chile es el único país de Latinoamérica en contar con el beneficio, tras hacerse efectivo su ingreso en marzo de 2014.
Desde entonces, los ciudadanos pueden entrar a Estados Unidos siendo titulares de una autorización de viaje a través del Sistema ESTA y permanecer por hasta 90 días sin obtención de visa para viajar a EE.UU. en viajes por turismo y/o negocios (categoría de visa B).
El embajador de Chile en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés, dijo a CNN Chile que la relación con las autoridades estadounidenses sigue siendo buena y que el país sigue cumpliendo con las condiciones del programa Visa Waiver.
El diplomático agregó que, aunque los delitos cometidos por algunos chilenos afectan la imagen del país, el verdadero problema es la gente que se queda más de los 90 días permitidos y usa la visa como una forma de inmigrar. Según él, eso sí pone en riesgo la continuidad del programa.